domingo, 15 de julio de 2012

¡Al imperio otomano!

El autor de este blog (y por supuesto todo el equipo que lo hace posible: incontables hileras de redactores, responsables de la búsqueda del material sonoro, publicistas, accionistas, encargados de recursos humanos, equipo directivo, etc) se va de viaje.



Así que, hasta mi vuelta, dejo a los (sin duda numerosos) lectores este pequeño regalo, para que recuerden, como hablábamos en el primer post,  que la música es la música.


¡Hasta la vuelta!

domingo, 24 de junio de 2012


El Decamerón Negro 3, la Huída de los Amantes por el Valle de los Ecos.  
           
            El valle de los ecos al que se hace referencia en este título tiene la característica de no aparecer en el Decamerón. Esto significa, efectivamente, que Brouwer se lo ha sacado de su imaginación completamente, sin ponerse ni colorao. A este compositor le gustan mucho los títulos sugerentes, y este no iba a ser menos.  (“La ciudad de las mil cuerdas”, “Acerca del aire, el cielo y la sonrisa” o “Manuscrito antiguo encontrado en una botella: la palabra amor escrita mil veces”  son sólo algunos ejemplos”) En fin, detalles aparte, tenemos porfin un desenlace para la historia de la feliz pareja. Recordemos: Samba Kulung es un guerrero-músico que rehúsa ir a la guerra y huye de su tierra natal para ser acogido por un buen rey y su amable y joven (suponemos que también bastante guapa) hija. Nos basta un vistazo rápido al título para comprender que sí, se fugan, son (suponemos) felices, y comen el equivalente a las perdices de los cuentos africanos. La historia en si no tiene mucho más, al margen de la música que se le ha exprimido.

            Vamos al lío: ¿Qué vamos a escuchar? Para facilitarnos la tarea, el propio compositor ha escrito en la partitura letras mayúsculas con lo que pretende sugerir en cada fragmento. Empezamos la escucha con cinco simples notas marcadas como A: Declamado, que, igual que el resto de movimientos, van creciendo mediante la adhesión de más notas al final de cada frase, quedando cinco notas, después siete, y por último once. Tras esta declamación escuchamos el fragmento B: Presagio en 0:23. Éste consiste en un arpegio inicial seguido de tres notas iguales y un intervalo descendente muy típico de Brouwer. Al igual que el Declamado, se repite tres veces, pero en vez de crecer en número de notas crece en la complejidad de los acordes y su disonancia. En 0:46 tenemos la primera aparición de los ecos, que van a ser una constante en todo el movimiento, logrados mediante la repetición del final de la frase en piano, o mediante otra melodía similar que conteste a la primera. La tercera sección, C: Primer galope de los amantes, es otro ejemplo de las técnicas de crecimiento usadas por el compositor en esta obra. Tenemos un compás, que se repite cuatro veces, en el que encontramos grupos de cuatro, seis, ocho y diez notas. [i] . El primer grupo no es otra cosa que el tema A: Declamado transportado, que se va liando cada vez más en este desarrollo frenético. Este crecimiento sigue y sigue hasta 1:44, donde vuelve otra sección marcada como D: Presagio, inmediatamente seguida por otro recuerdo del tema A,  E: Declamado en 1:53. La sección F: Recuerdo, en 2:08 vuelve a introducir el eco, de nuevo con material melódico relacionado con el primer tema, en un remanso de paz que nos conduce  a G: Por el valle de los ecos (galopante). En 2:39 tenemos el momento en el que se unen todos los recursos compositivos que se han ido sugiriendo durante este movimiento. El tema declamado del principio aparece cantado en las cuerdas graves mientras las agudas realizan un ritmo de acompañamiento evocando el galope de los caballos en los que huye la pareja. Las melodías vuelven a crecer como ya nos tiene acostumbrados el compositor, creando un ritmo que no es fijo, cuyos compases van creciendo en función de las necesidades de medida de la frase. Tenemos así, un 6/8 seguido de un 7/8 seguido de un 8/8 seguido de un 9/8 seguido de un 8/8 seguido de un 9/8, y así sucesivamente hasta el final de la sección. Todo ello, cómo no, acompañado de los ecos de la melodía que la suceden en un segundo plano. Una última sección I: Lentamente, concluye la pieza, con temas recogidos de la sección del presagio, que en lugar de su orden original, en el que la disonancia crecía, se encuentran ordenados al revés para terminar con el acorde más consonante y puro de los tres, reafirmado por el intervalo de Brouwer como dos últimas notas: 4:37, Re-Si.  El Decamerón Negro se ha contado.

Para escuchar:
Como siempre, Elena Papandreou.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
¡Espero que os guste!






[i] (La, Mi, Sol#, Mi) (La, Mi, Sol#, La, Sol#, Mi) (La, Mi, Sol#, La, Sol#, Mi, Re Mi) (La, Mi, Sol#, La, Sol#, Mi, Re, Mi, Sol#, Mi)

viernes, 22 de junio de 2012

El Decamerón Negro 2, la Balada de la Doncella Enamorada.

 El Decamerón Negro 2, la Balada de la Doncella Enamorada.




Una Fatumata, así al azar,
con cara de doncella enamorada.
Mientras que el movimiento anterior funcionaba como un retrato del protagonista masculino, en éste Brouwer centra su atención en el personaje femenino. Samba Kulung, que había sido expulsado de su hogar por rehusar ir a la guerra, encontró refugio en el palacio de un poderoso rey, de cuya hija (cómo no) se enamoró. En algunos relatos se cuenta que Fatumata, que así se llamaba la princesa, se disfrazó con la armadura de su enamorado para ir a la guerra (algo así me suena de un libro de aventuras bastante conocido que se llama la Ilíada).


En fin, en La Balada de la Doncella Enamorada encontramos, más que el desarrollo de la historia, una evocación del amor que ésta sentía hacia Samba, contrapuesto a las llamadas de los tambores  de guerra que aún los persiguen.

En los primeros segundos escuchamos la repetición de una célula rítmica, de nuevo evocando la percusión, seguida por el inicio de la canción de la doncella en 0:09 (llamémoslo tema A). Esta melodía también recoge recursos africanos, y es desarrollada de diferentes maneras en las que no merece la pena profundizar. En 0:41 volvemos a oír la célula rítmica, ahora más elaborada, seguida en 0:54 por una transposición del tema original, interrumpida por el motivo del comienzo en 1:02, que se repite dos veces más. Tras la tercera (0:32), la célula rítmica crece hasta convertirse en un tema por derecho propio, evocador de los peligros de la guerra que acechan a los amantes. En él se sugieren los toques de los tambores tribales en una cuerda grave de la guitarra, en lo que se conoce como un Ostinato, mientras en las agudas se recoge el tema A. Esta sección central muestra un compositor en posesión de una técnica compositva magistral que le permite combinar materiales musicales tan diferentes entre sí. En 3:28 se vuelve a recoger el tema A, contrastando con el tema de la guerra en 4:12, que crece en lugar de quedarse en la repetición como hizo la vez anterior. Después de estos desarrollos, en 5:15 el tema vuelve a aparecer en el registro más agudo de la guitarra, mediante un recurso tímbrico llamado notas armónicas, una técnica que permite crear una atmósfera mucho más tranquila, en contraste con la sección anterior.  Unas pinceladas que nos recuerdan el ostinato rítmico finalizan el movimiento, sin concluir nada. ¿Habrán sido separados por la guerra? ¿Qué pasará con su amor?

La respuesta en el último movimiento.

Para escuchar:


¡Que lo disfrutéis!

jueves, 21 de junio de 2012

El Decamerón Negro 1, El Arpa del Guerrero.


El Decamerón Negro, El Arpa del Guerrero.


Esta serie de tres obras, compuesta por Leo Brouwer a finales del siglo XX, nos va a servir como ejemplo de qué es la música programática. En estas obras, el compositor elige unos cuentos populares africanos recogidos por Leo Frobenius en su libro El Decamerón Negro, de los que él eligió algunos sobre los que escribir su música. La música programática es aquella que sigue un texto o una idea ajena a la propia música. La Consagración, en la anterior entrada, seguía también una historia. Este tipo de música tiene la ventaja de ser más accesible, ya que se puede ir siguiendo el argumento, y nos permite ver cómo se las apañan los compositores para retratar una historia sólo con música.

Estas obras están compuestas para guitarra por la simple (pero importante) razón de que el compositor es guitarrista, y a todos nos gusta barrer para casa. Yo también soy guitarrista, y por eso os hablo de él.

Aunque hablar de música clásica suela evocar Viena, Francia o Italia, Brouwer es un compositor cubano, y la historia de Cuba está marcada por la llegada de esclavos que trajeron sus costumbres y su música, algo que el compositor ha sabido recoger para su propio estilo. No sólo  la historia que siguen estas obras, también el lenguaje musical que usa es típicamente africano. Vamos a encontrar escalas extraídas de las canciones que llegaron a Cuba a bordo de barcos de esclavos, y ritmos claramente anclados en África. A pesar de ello, no es una copia exacta de la música africana, sino una reinterpretación muy personal, usando técnicas compositivas propias de la música clásica occidental. Cuba es una isla de mezclas, y así es también este compositor.

En fin, vamos con el primer movimiento, llamado El Arpa del Guerrero. Aunque no existe exactamente un cuento en El Decamerón Negro que corresponda al título, si que se encuentran varios de los que puede haber sacado la inspiración. Este movimiento cuenta la historia de un soldado, Samba Kulung, que se niega a acudir a la guerra.



En el Decamerón se cuenta que la llamada a la guerra consiste en un toque con los tambores, que están afinados para poder comunicar información según las notas que toquen. Así pues, las primeras notas de este movimiento intentan evocar esa llamada. Aquí Brouwer usa un proceso de expansión para esas notas muy moderno, cogido de las vanguardias de la segunda mitad del siglo XX. Va desarrollando esta llamada hasta el minuto 1:52, en el que vemos la primera referencia al arpa de la que habla el título. Es probable que se refiera aquí a la Kora, un instrumento típico de África Occidental. Algunos cuentos hablan de que el protagonista se niega a ir a la guerra por el arpa, y otros por una mujer. Brouwer fusiona los dos, explicando la relación con la mujer en los siguientes movimientos. Aquí la guitarra intenta imitar un arpa con largos acordes y un movimiento más pausado. En 2:53 volvemos a oír las llamadas de la guerra, que interrumpen el canto del arpa. En lugar de tener un tema desarrollado frente a otro tema, como esperaríamos de la tradición clásica, el compositor juega aquí con células pequeñas que entrelazan todo el movimiento, desde las primeras llamadas hasta las partes de arpa. En 4:12 vuelve a intentar tocar el arpa, pero de nuevo se le interrumpe con la última llamada, que va desarrollándose y enrevesándose más y más hasta acabar con dos golpes secos que ponen fin a este movimiento. ¿Conseguirá escaquearse de la guerra? ¿Qué pasa con la muchacha de la que hemos hablado? La respuesta en los siguientes movimientos.
 
La versión del primer movimiento que vamos a escuchar está interpretada por Elena Papandreou, esta señora tan simpática que toca bastante bien (cualquier parecido con una protagonista de Embrujadas es pura coincidencia)

¡Que lo disfrutéis!

martes, 12 de junio de 2012

La primera en la frente, Vicente.


La Consagración de la Primavera.

Bien, arrancamos. Los que me conocen saben cuánto me gusta esta obra, por muchos motivos. Al margen de ellos, me gusta recomendarla siempre cuando quiero descubrir la música clásica a algún neófito. Ya en el anterior post hablé de mi intención de romper con la visión tradicional que se suele tener de este mundo, y pocas obras tienen una capacidad de ruptura mayor que la que he elegido hoy.


Un poco de historia. La Consagración de la Primavera es un ballet de Igor Stravinsky, estrenado el 29 de mayo de 1913. Aunque las imágenes que podríamos asociar con la primavera distan mucho de lo que nos vamos a encontrar. Mientras que el siglo anterior la música había sido el arte de la mente, Stravinsky intentó convertirla en el dominio del cuerpo. Entre otros, en 1913 se inventaron la nevera, la cadena de montaje y el acero inoxidable. Pues bien, algunos artistas (no sólo Stravinsky: Bartók, Ravel, Falla…) intentaron seguir el camino opuesto, olvidando los lujos de las ciudades y buscando fuentes de inspiración en la vida preindustrial.

Ahora bien, ¿cómo consigue esto Stravinsky? Muy sencillo. Reniega de la estructura, algo impensable en los siglos anteriores, y organiza la obra en escenas que se suceden. No repite nada ni hay un tema al que aferrarse. Por otro lado, se aleja mucho de la tonalidad tal y como se entendía, creando un método compositivo mucho más intuitivo, basado antes en el ensayo y error con el piano de su estudio de París que en la perpetuación de cánones arcaicos. Para ello recoge fragmentos de melodías populares rusas y las estratifica creando algo parecido a un collage. Armónicamente, usa acordes que más que tener una función propia sirven para chocar entre si y usa la orquesta entera como un enorme instrumento de percusión para decenas de intérpretes. Es una música muy rítmica, plagada de síncopas y ritmos irregulares que, lejos de dificultar la escucha, la hacen irresistible.
Y ¿qué nos cuenta? Siendo un ballet, ¿cuál es su argumento? Stravinsky se sacó de la manga un ritual pagano completamente falso para hablar de ese pasado preindustrial que tanto le interesaba. Éste consistía en el proceso con el que una tribu debía elegir una joven virgen para entregársela a una deidad que la hacía bailar hasta la muerte, provocando la llegada de la primavera gracias a su sacrificio. Hagamos una parada para reflexionar sobre esto. Es de suponer que una deidad, por poco que la conozcamos, no va a querer a una joven adolescente y virgen sólo por intereses gastronómicos. Sin intentar inventar una justificación, podemos entrever por dónde van los tiros del ritual. Es muy probable que así lo entendiera también Stravinsky, por loque compuso una música de un marcado carácter instintivo y agresivo (y que cada cual saque sus propias conclusiones)
            Tampoco es mi intención extenderme demasiado, así que vamos a empezar. Para facilitaros la tarea, vamos a funcionar con links de Youtube, que lo tiene todo, y esta versión es muy buena (tanto la dirección como la orquesta y el vídeo)

          


        Aquí empieza todo, con un fagot en su registro más alto. La primera en la frente. Este instrumento se encuentra en la parte más grave del viento madera. http://www.youtube.com/watch?v=HLuCgoO8PUk (Aquí un ejemplo de un fagot tocando una conocida melodía) Entonces, ¿Por qué le da Stravinsky una melodía tan aguda? ¿Era tonto? Creemos que no. Podemos entender que, igual que intenta crear con esta obra un nuevo mundo musical, poner a un fagot tocando aquí nos transporta a una sonoridad que no se había hecho antes, y así debe ser. Parece que este tipo sabía lo que se hacia (después de todo, estuvo liado con Coco Chanel). Tras esto, zarcillos de melodía se van enredando como si fueran tallos creciendo del suelo. La música de la Tierra. En el minuto 3:00 aparece la única repetición de un tema de la obra, incompleto, que da paso a los círculos de baile de las adolescentes en 3:30. Este fragmento, llamado Los Augurios de la Primavera, nos trae el primer (pero no el último, qué va) zurriagazo musical que le tiene preparado Stravinsky al oyente. En esta sección la orquesta se reparte un acorde de Fa bemol mayor y uno de Mi bemol de dominante que chocan entre sí. Absolutamente todas las notas de estos acordes chocan entre sí, generando tantas disonancias que dejamos de oírlos como acordes y los notamos más como un efecto percusivo. Aunque se mueven en un pulso uniforme, los acentos se reparten de cualquiera manera, siguiendo este patrón:

un dos tres cuatro cinco seis siete ocho
un dos tres cuatro cinco seis siete ocho
un dos tres cuatro cinco seis siete ocho
un dos tres cuatro cinco seis siete ocho

            No debemos olvidar que mientras ocurre todo esto, hay una compañía de ballet en el escenario a la que Nijinsky, su coreógrafo, había hecho abandonar los gestos clásicos a favor de unos saltos y vueltas mucho más primitivos.
            Como sería bastante redundante (para los de la Logse: un coñazo) seguir explicando la obra minuto a minuto, os dejo los links que faltan y una guía de las escenas, aunque no es necesario conocerlas para disfrutarla.

Parte 4 http://www.youtube.com/watch?v=VIjlXYQzO7w&feature=relmfu




Primera parte: Adoración de la tierra
·         Introduction - Introducción (Lento. Più mosso. Tempo I).
·  Les augures printaniers (Danses des adolescentes) - Augurios primaverales (Danza de las adolescentes) (Tempo giusto)
·         Jeu du rapt - Juego del rapto (Presto)
·         Rondes printanières - Rondas primaverales (Tranquillo. Sostenuto e pesante. Vivo. Tranquillo)
·         Jeux des cités rivales - Juego de las tribus rivales (Molto allegro)
·         Cortège du Sage - Cortejo del sabio
·         Adoration de la terre (Le Sage) - Adoración de la tierra (El sabio) (Lento)

Segunda parte: El sacrificio
·         Introduction - Introducción (Lento)
·         Cercles mystérieux des adolescentes - Círculos misteriosos de las adolescentes 
·         Glorification de l'Elue - Glorificación de la elegida (Vivo)
·         Evocation des ancêtres - Evocación de los antepasados
·         Action rituelle des ancêtres - Acción ritual de los antepasados (Lento)
·         Danse sacrale (L'Elue) - Danza sagrada (La elegida) (♪ = 126)


               
            No recomiendo escuchar la obra entera la primera vez. En la sociedad del Facebook en la que vivimos, intentar enterarnos de 40 minutos de música del tirón la primera vez es una locura. En cualquier caso todos sabréis cómo hacerlo, y a quien le apetezca, adelante. Os animo a reivindicar el derecho a que os aburra la primera vez, a echar para adelante y para detrás, a darle a la pausa, y a lo que queráis. Espero que lo disfrutéis.

            También dejo un regalito: la parte final, en la que baila la famosa jovencita hasta morir, con el ballet incluido. A mí el baile no me suele interesar, pero hay que admitir que esto impresiona. Coreografía y papel principal por Pina Bausch (la de rojo).

Recordad:

                             












                                Ballet normal y corriente













                              Este ballet

Si después de todo esto a alguien le pica la curiosidad, mi consejo es que busquéis la manera de escucharlo para entenderlo del todo. Seguid más el ritmo que la melodía, sentid los acentos, imaginaos en una sociedad de hace miles de años, y os aseguro que os vais a enganchar.

¡Espero que os guste!

Preludio.


            
            “En  la primavera de 1928, George Gershwin, el creador de Rhapsody in Blue,  realizó una gira por Europa y conoció a los compositores más destacados del momento. En Viena recaló en casa de Alban Berg, cuya ópera Wozzeck –empapada en sangre, disonante y abrumadoramente sombría- se había estrenado tres años antes en Berlín. Para recibir a su visitante estadounidense, Berg se ocupó de que un cuarteto de cuerda interpretara su Lyrische Suite (Suite lírica), en la que el lirismo vienés se refinaba hasta convertirse en algo parecido a un peligroso narcótico.

            Gershwin se sentó luego al piano a tocar algunas de sus canciones. Vaciló. La obra de Berg lo había dejado sobrecogido. ¿Eran sus propias obras dignas de este marco lúgubre y opulento? berg lo miró con severidad y dijo: “Sr. Gershwin, la música es la música”.

            Me gustaría que esta anécdota sirviera tanto de preludio como de declaración de intenciones sobre el propósito de este blog.
           
            En el mundo en que vivimos, resulta complicado encontrar un espacio digno para escuchar la llamada malamente música clásica. Mientras que al visitar un museo o un lugar arquitectónico se ofrece una explicación o una guía para mejorar la comprensión, resulta imposible encontrar notas explicativas cuando se interesa uno por la historia de la música. Y eso teniendo en cuenta que el arte musical tiene un carácter mucho más abstracto que las otras. 

            Para más inri, se envuelve el concierto en un ritual oscuro y secreto (Se aplaude a la entrada, a la salida, si se pide un bis, pero no entre movimientos, bajo ningún concepto cuando se está tocando. ¿A quién se le ha ocurrido esto?). Yo mismo, amante de la música clásica, me doy cuenta de cuánto sale perdiendo ésta si comparamos un concierto del repertorio clásico con un concierto de jazz, flamenco o rock. Mientras que los segundos se lo pasan pipa mientras tocan, la mayoría de los intérpretes clásicos  están sufriendo por no equivocarse, y se permiten como máximo una sonrisa al saludar en los aplausos.

            Por otra parte, la mayor parte de la sociedad sigue arrastrando el peso de las ideas románticas sobre la música, en las que el compositor pretendía ser un iluminado por la gracia de la inspiración y los extremos a los que llegaban las vanguardias, que, aferradas a una estética incomprensible, menospreciaban la incomprensión del púbico (Schönberg, que también era pintor se retrató a si mismo de espaldas al espectador, y llegó a rehusar escuchar los aplausos en sus conciertos). Dejémoslo claro desde el principio: el ser humano hace cosas (sillas, puentes, cuadros…) y las composiciones musicales son una más de ellas. Igual que el carpintero se encuentra por sus conocimientos en mejor disposición para valorar cómo está hecha una silla, saber algunas bases sobre lo que escuchamos nos va a permitir apreciarlo mejor. Pero ya está. La música clásica está hecha para escucharla, y no hace falta ser un iluminado para entenderla, a pesar de que Hollywood y las series de televisión se empeñen en asociarla con genios, locos, o directamente con los malos de la peli (Sherlock Holmes tocaba el violín, Hanníbal Lecter escuchaba las variaciones Goldberg y Alex, el drugo de la Naranja Mecánica, Beethoven)

            Visto lo visto, parece que este tipo de música está llamada a desaparecer. ¿Y a quién le extraña? A pesar de todo, yo creo que aún le queda mucho que aportar. Lo bueno de este arte es que, por su naturaleza abstracta, puede reinterpretarse una y otra vez para adaptarse a las necesidades estéticas de cada generación. Este blog intenta llevar a cabo esa labor. Me gustaría sacar del desconocimiento general la música del repertorio “académico”, y por ello pretendo comentar obras que hayan sido importantes en su desarrollo, aportando mi punto de vista personal para facilitar y mejorar la experiencia de quien las escuche. No es este un blog para músicos, aunque también puedan interesarse por él. Pretendo escribir para aquellas personas que, interesadas por la música, nunca hayan encontrado un espacio que se la acerque. Quiero compartir con ellos una de las mejores experiencias que conozco.

            Espero que lo disfruten.