El Decamerón Negro, El
Arpa del Guerrero.
Esta
serie de tres obras, compuesta por Leo Brouwer a finales del siglo XX, nos va a servir como ejemplo de qué es la música programática. En estas obras, el
compositor elige unos cuentos populares africanos recogidos por Leo Frobenius
en su libro El Decamerón Negro, de
los que él eligió algunos sobre los que escribir su música. La música
programática es aquella que sigue un texto o una idea ajena a la propia música.
La Consagración, en la anterior entrada, seguía también una historia. Este tipo
de música tiene la ventaja de ser más accesible, ya que se puede ir siguiendo
el argumento, y nos permite ver cómo se las apañan los compositores para
retratar una historia sólo con música.
Estas
obras están compuestas para guitarra por la simple (pero importante) razón de que
el compositor es guitarrista, y a todos nos gusta barrer para casa. Yo también
soy guitarrista, y por eso os hablo de él.
Aunque
hablar de música clásica suela evocar Viena, Francia o Italia, Brouwer es
un compositor cubano, y la historia de Cuba está marcada por la llegada de esclavos
que trajeron sus costumbres y su música, algo que el compositor ha sabido recoger
para su propio estilo. No sólo la
historia que siguen estas obras, también el lenguaje musical que usa es
típicamente africano. Vamos a encontrar escalas extraídas de las canciones que
llegaron a Cuba a bordo de barcos de esclavos, y ritmos claramente anclados en
África. A pesar de ello, no es una copia exacta de la música africana, sino una
reinterpretación muy personal, usando técnicas compositivas propias de la
música clásica occidental. Cuba es una isla de mezclas, y así es también este
compositor.
En
fin, vamos con el primer movimiento, llamado El Arpa del Guerrero. Aunque no existe exactamente un cuento en El Decamerón Negro que corresponda al
título, si que se encuentran varios de los que puede haber sacado la
inspiración. Este movimiento cuenta la historia de un soldado, Samba Kulung,
que se niega a acudir a la guerra.
En
el Decamerón se cuenta que la llamada a la guerra consiste en un toque con los
tambores, que están afinados para poder comunicar información según las notas
que toquen. Así pues, las primeras notas de este movimiento intentan evocar esa
llamada. Aquí Brouwer usa un proceso de expansión para esas notas muy moderno, cogido
de las vanguardias de la segunda mitad del siglo XX. Va desarrollando esta
llamada hasta el minuto 1:52, en el que vemos la primera referencia al arpa de
la que habla el título. Es probable que se refiera aquí a la Kora, un instrumento típico de África
Occidental. Algunos cuentos hablan de que el protagonista se niega a ir a la
guerra por el arpa, y otros por una mujer. Brouwer fusiona los dos, explicando
la relación con la mujer en los siguientes movimientos. Aquí la guitarra
intenta imitar un arpa con largos acordes y un movimiento más pausado. En 2:53
volvemos a oír las llamadas de la guerra, que interrumpen el canto del arpa. En
lugar de tener un tema desarrollado frente a otro tema, como esperaríamos de la
tradición clásica, el compositor juega aquí con células pequeñas que entrelazan
todo el movimiento, desde las primeras llamadas hasta las partes de arpa. En
4:12 vuelve a intentar tocar el arpa, pero de nuevo se le interrumpe con la
última llamada, que va desarrollándose y enrevesándose más y más hasta acabar
con dos golpes secos que ponen fin a este movimiento. ¿Conseguirá escaquearse
de la guerra? ¿Qué pasa con la muchacha de la que hemos hablado? La respuesta
en los siguientes movimientos.
La
versión del primer movimiento que vamos a escuchar está interpretada por Elena
Papandreou, esta señora tan simpática que toca bastante bien (cualquier parecido
con una protagonista de Embrujadas es pura coincidencia)
¡Que lo disfrutéis!
"Que lo disfrutéis"
ResponderEliminarEso espero seguir haciendo con cada entrada, porque por excelencia este blog muestra a la perfección tu sabiduría en el terreno de ese mundo que para tantos resulta "aburrido", un mundo "clásico" que muestra verdaderamente lo que es la música, que nos transmite claramente las intenciones del compositor y que Siglo tras siglo, periodo tras periodo, ha evolucionado mostrando la grandeza de este arte que supera cualquier barrera establecida.
Gracias por abrir las puertas de este mundo porque pienso que nadie mejor que tu puede guiarnos en ellas, como compañero, amigo y futuro musicólogo te felicito Alex.
NO PIENSO PERDERME NI UNA ENTRADA!